La número uno de Cuba, Lisandra Ordaz (Lisychess) nos acerca al Che Guevara y su relación con el ajedrez gracias a su conversación con el Gran Maestro cubano Silvino García.
(Foto abajo) El Che conversando con Miguel Najdorf.
El 14 de junio de 2017 se cumplen 89 años del natalicio de Ernesto Guevara de la Serna conocido por el Che Guevara o simplemente el Che, el que nació en 1928 en Rosario, Argentina. El Che conoce a Fidel Castro en México y se integra al movimiento revolucionario cubano donde como guerrillero alcanza los grados de Comandante. Al triunfar la Revolución se le asignan importantes responsabilidades como; Ministro de Industrias, Presidente del Banco Nacional de Cuba y representante del país ante gobiernos e importantes reuniones internacionales. El Che fue un estadista, escritor, que profundizó en la teoría revolucionaria, trabajó en función de la creación de un hombre nuevo y en extender el internacionalismo, por lo que su vida, conducta y pensamiento se ha convertido en paradigma para millones de personas en el mundo. Entre su multifacético accionar el Che promueve el desarrollo del ajedrez en Cuba y Latinoamérica por lo que fue incluido en el Libro de Oro de la FIDE y nombrado caballero de la FIDE. Lisychess se honra al poder acercarlos a este hombre de todos los tiempos, a través del primer Gran Maestro cubano Silvino García.
"En 1961 tuvo lugar el torneo entre entidades estatales, una propuesta del Che con el fin de promover la masificación del ajedrez entre los trabajadores, evento que cedió espacio además a los escasos clubs ajedrecísticos que entonces había en La Habana. En aquel entonces yo no pertenecía a ningún club ni era un trabajador como tal, solo jugaba en una peña ajedrecística que se formó en los portales del entronque de Cuatro Caminos, donde sin pedir permiso a nadie, me había plantado con una carretilla a vender naranjas a los transeúntes que iban de paso. Conociendo la convocatoria de ese evento alguien tomo la iniciativa de ofrecernos para representar una fumigadora cercana, y así tuve la oportunidad de participar en mi primer evento ajedrecístico que el Che inauguro y visitaba con frecuencia siguiendo el curso de los resultados. Un día me vio jugando partidas rápidas con un juvenil muy talentoso, José Carlos Menéndez, que me las gano todas. ¿Cuándo nos volvimos a encontrar ese día me pregunto?: ¿ganaste alguna? ¡ninguna! le respondí. Esa misma tarde, cuando lo escuchaba hablando con los allí presentes, me di cuenta que estaba en presencia de un ser muy singular, que hablaba en un legnuaje extraño para los que sufrimos las miserias que antecedían al triunfo de la Revolución, un ser que se preocupaba por ayudar a los demás, que subrayaba importancia de la solidaridad y la cooperación y la insistencia en el nosotros, como concepto superior de las relaciones entre los seres humanos. A partir de entonces comencé a tomar en serio el Ajedrez preparándome para las competencias y progresando muy rápidamente. Yo era un muchacho de muy escaso nivel de instrucción sin demasiados horizontes en la vida y el ajedrez se me presentaba como una oportunidad de hacer algo prometedor. En 1964 fui ganando todas las competencias clasificatorias hasta llegar a la final nacional en la que comencé ganando todas las partidas.
El Che iba a ver las rondas casi a diario y se detenía a ver mis partidas como puede verse en las fotos de aquel evento. Cuando al final del torneo cumplí el porcentaje que se exigía para el título de Maestro Nacional y me encontraba en el primer piso del hotel Habana Libre con mi madre, el Che entro por una de las puertas del lobby y alzando la vista como si hubiera venido a encontrarme, subió corriendo las escaleras para darme un fuerte abrazo y me decía lleno de júbilo: te felicito, te felicito. Pero yo seguía sin trabajo y con muy escasa instrucción para pretender hacer algo que no fuera el trabajo físico. Entonces sin que yo lo supiera hasta muchos años después, el Che hizo un espacio para que pudiera trabajar en el ministerio de industrias, el que vino a ofrecerme como si fuera iniciativa propia, un ajedrecista amigo que allí trabajaba en un departamento integrado por personal muy calificado en cuestiones económicas y de mercado que me ayudaron muchísimo. Un trabajo de verdad, con responsabilidades, tareas, exigencia y sobre todo, la obligación de estudiar y superarme. A los pocos meses de trabajar allí me incluyeron en un grupo que saldría para las montañas orientales a estudiar campo adentro y sobre el terreno, las condiciones de vida de los campesinos. Nos encontramos con evidencias insólitas de la explotación, la miseria, y la impotencia que siempre habían vivido, sin hospitales, sin escuelas, desamparados. Estuvimos meses recorriendo el amplio espacio que nos habían asignado metidos día a día en el monte. Ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Al regresar a la capital el Che me llamo para decirme: has trabajado, vamos a jugar entonces una partida Por esto y mucho más, cuando en 1975 después del torneo de Costa Brava en España se me concedió el título de Gran Maestro, y recordé su abrazo cuando alcance el título de Maestro nacional y todo lo que su ejemplo me transmitió, decidí dedicar ese resultado a la memoria de Ernesto Che Guevara que había dicho: "Cuba tendrá Grandes Maestros y eso también será obra de la Revolución."
Fuente: chess24.com
Mundial de ajedrez: Roman Herrmann saco un buen puntaje en Italia y ahora piensa en Ecuador
El sanjuanino, que integró la delegación nacional de siete competidores, estuvo participando en el Campeonato Mundial de Ajedrez y sacó 3.5 de 9 posibles.
Roman Herrmann consiguió una muy buena experiencia en Italia. El sanjuanino, que integró la delegación nacional de siete competidores, estuvo participando en el Campeonato Mundial de Ajedrez del 1 al 9 de abril. Durante ese tiempo se midió con chicos de distintas partes del mundo y si bien no ganó alguna medalla se trajo una buena puntuación.
El joven, que desde los 5 años desarrolla las habilidades con el ajedrez, sacó 3.5 de 9 posibles, lo que significó una meta alcanzada que respondía a sus expectativas. El joven fue el primer sanjuanino en la historia provincial en representar a la Argentina y llegar a un mundial de esta categoría.
Román posee 2024 ELO (puntaje dentro del ajedrez), y en su trayectoria obtuvo el título de Subcampeón Panamericano, Campeón Argentino Blitz (modalidad dentro del ajedrez) y campeón en Torneo Internacionales IRT.
Ahora se prepara para viajar a Ecuador con el fin de competir en el Campeonato Panamericano.
Fuente: diariolaprovinciasj.com
UN SANJUANINO DISPUTARA EL MUNDIAL de Ajedrez EN ITALIA
Román Herrmann será el primer sanjuanino en disputar un certamen de esta magnitud. Será del 1 al 9 de Abril, en la ciudad de Spoleto.
A sus 5 años, cuando decidió arrancar con la disciplina, nunca imaginó llegar a Mundial de ajedrez. Este es el caso de Roman Herrmann, el primer sanjuanino en la historia, en disputar un Mundial de Ajedrez. En esta ocasión, la ciudad italiana de Spoleto será sede de dicho evento, del 1 al 9 de abril.
El sanjuanino será el único de los 7 integrantes de la delegación Argentina, que proviene del interior del país. El encargado de la delegación será el Secretario de FADA, Hector Piori, quien además participará del evento como jugador. En
En este momento Román posee 2024 ELO (puntaje dentro del ajedrez), y su meta es poder alcanzar los 2300 para conseguir el título de Maestro Internacional, algo que sería histórico para el deporte en San Juan.
Dentro de sus logros más importantes, obtenidos hasta el momento, se encuentra: Subcampeón Panamericano, Campeón Argentino Blitz (modalidad dentro del ajedrez), campeón en Torneo Internacionales IRT. En la charla que mantuvo con la Secretaría de Deportes remarcó “agradezco el apoyo de la Secretaría de Deportes, ya que sin su apoyo no hubiera podido viajar al Mundial. Es la primera vez que se da apoyo a un deporte no convencional como este”
Además del campeonato mundial, en donde buscará colarse entre los mejores del mundo, tendrá que afrontar otra serie de certámenes importantes a lo largo del año. En mayo viajará rumbo a Ecuador para el Campeonato Panamericano, y la Final Argentina, la cual reúne a los 50 mejores ajedrecistas del país.
Topalov: “Para el mundo exterior, ser ajedrecista quizas sea un trabajo pero no una profesion”
El Gran Maestro búlgaro vuelve diez años después al país donde se consagró campeón mundial en 2005. Es el invitado estelar del festival de ajedrez que comienza este viernes en el Centro Cultural Kirchner.
http://argedrez.com/RankingLatino.aspx
–¿Qué recuerdos tiene de Argentina?
–Su país tiene un lugar especial para mí: el campeonato mundial de 2005 representa el éxito más grande que he tenido en el ajedrez. También me une el idioma: soy búlgaro pero la mitad de mi vida transcurrió en España. Hace dos años volví a Argentina para dar unas simultáneas. Como país, conozco lo típico. Cuando la selección de fútbol jugó la final del mundo contra Alemania fui el único de mi familia que la apoyó. Por supuesto, estoy también al tanto de las elecciones que se están celebrando. Conozco personalmente a Daniel Scioli, que es un aficionado no sólo al deporte en general sino concretamente al ajedrez. He estado un par de veces en su casa. Nos juntamos muchos jugadores, di una simultánea y comenté una partida. Fue muy agradable.
–¿Qué conoce del ajedrez argentino?
–Sé que en Argentina hay mucha afición al ajedrez y también sé que hay jugadores que están muy bien. También me consta la dificultad que implican las distancias con Europa y Estados Unidos, que es donde se juegan los torneos más fuertes. En mi segunda visita al país, en 2013, el presidente de la federación argentina me contó que hacía décadas que no se jugaba una olimpíada en América del Sur. Creo que la FIDE no se enfoca correctamente en el desarrollo del ajedrez de la región, dejando a una gran afición relegada durante tanto tiempo por concentrarse demasiado en Europa. Quiero remarcar que hay jugadores de talento en muchas partes, y sobre todo en Argentina, pero mi opinión es que la manera de ver el ajedrez aquí hace que a los grandes jugadores nos consideren como artistas. En Europa, el ajedrez profesional es simplemente un deporte. A un jugador europeo se lo entrena para competir y dar mejores resultados. En la ex Unión Soviética, a los niños se los entrenaba para competir, pero en la Argentina la imagen creo que es un poco diferente, como que el ajedrez es para disfrutar y recrearse.
–¿Es difícil explicar que el ajedrez es un trabajo?
–Para el mundo exterior, ser ajedrecista quizás sea un trabajo pero no una profesión. Nosotros sí sabemos que lo es, claro. Esta pregunta, hace unos 20 años en la Unión Soviética no te la hacía nadie. Si decías que eras jugador de ajedrez, la gente sabía que con eso podías vivir dignamente y ser bien respetado, e incluso pagado por encima de la media. Fíjate que en España, con la crisis que hay, muchos jugadores jóvenes ven al ajedrez como una buena posibilidad de ganarse la vida. Pero, al igual que con la ciencia, tienes que trabajar cada día, y cada vez más, porque la información aumenta muy rápidamente y es una tendencia que no termina nunca.
–El viernes se presentará en un evento masivo en el CCK que busca acercar al público al ajedrez. ¿Qué importancia cree que tienen estas iniciativas?
–Es importante explicar a la gente que el ajedrez no es tan complicado como parece y que no hay que tener miedo de intentar. No debes ser un prodigio para entender las reglas y jugar. Creo que hay que enseñarlo a los niños y luego, si les gusta, pueden ir al club, tomar clases y mejorar. La Unión Europea y su Parlamento aprobaron hace poco una ley para introducir el ajedrez en los colegios de los 28 países. Yo apostaría mucho más en ampliar la base de aficionados que en intentar crear jugadores de elite. La generación de Fischer y Spassky fue la de mayor popularidad del ajedrez, pero ya pasaron muchos años de aquello. Para crear una nueva generación de aficionados al ajedrez hay que educar a los chicos.
–Hubo un momento al principio en el que las máquinas fueron positivas, pero últimamente estamos pasando al otro extremo. Hoy parece que si no lo dice la máquina la jugada no es buena. Antes había mucho respeto hacia el pensamiento y la creatividad de un GM. Ahora ves a un espectador que dice que la máquina tardó tres segundos en pensar una jugada y que el jugador ha tardado media hora, despreciando el esfuerzo creativo.
–¿Qué piensa sobre el miedo generalizado al avance de los motores de cálculo?
–El ajedrez como juego no se va a terminar. Sin embargo, las máquinas están terminando con la creatividad y nos hacen a todos los jugadores iguales. Para un jugador de elite, hoy es más difícil vencer a un jugador del top 50 o 100 que hace 15 o 20 años. Cada vez me cuesta más dar mejores resultados, las máquinas son cada vez más potentes. Hay menos lugar para la improvisación y para el riesgo, y yo creo que el error es lo más bonito del ajedrez, si no estaríamos pretendiendo llevar la concepción del juego hacia una sucesión de jugadas perfectas y todas las partidas serían tablas.
–Pero en su juego parece haber todavía espacio para la creatividad.
–En lo personal, sé que lo más bonito es encontrar una idea interesante y desarrollarla en una partida. Cada uno tiene que crear su propio destino para ser diferente y obtener mejores resultados que la media; si no, estaríamos todos iguales. Creo que la solución a esto es reducir el tiempo de juego para dar más lugar al margen de error, porque de esa forma el factor memoria tendría más importancia que ahora y calcular más rápido tendría más importancia. De la forma en que ahora jugamos, las máquinas poco a poco van a cargarse a la creatividad. Incluso a Carlsen, que tiene un estilo diferente a los demás, le está costando jugar siempre variantes que no sean conocidas. Creo que de a poco se va a tener que amoldar a las tendencias teóricas. Incluso él tiene que estudiar con máquinas.
–¿Cómo se convive con el error?
–Antes se decía que uno debía hacer el análisis después de la partida. Sin embargo, creo que la actitud correcta para poder jugar bien el día siguiente es “borrar” todo lo que se ha jugado, todo el pasado. Aunque hayas ganado o perdido, para jugar bien al otro día hay que olvidarse de la partida. Yo mejoré mucho con la idea de mi manager Silvio Danailov, la “regla de Sofía”, que prohíbe ofrecer tablas. Si no tienes ese derecho de ofrecer y aceptar, te concentras solamente en la partida. Eso y no pensar en el resultado sino en la siguiente jugada. Es un estado difícil de conseguir, pero mis mejores partidas las logré de esa forma, cuando logré estar por encima del resultado. El ejemplo más claro de esto fue Fischer, que luchaba una partida en un match encaminado a un 6-0. Cuando ganaba así es porque no pensaba en el resultado, sino en su siguiente jugada. Eso te hace inmune al stress y a los nervios, pero eso sabemos que no es fácil. Recuerdo el caso de Peter Leko, que estuvo a punto de ser campeón del mundo y falló en la última partida. Fue un poco injusto porque él no perdió el match, pero siento que eso lo afectó. Recuerdo que durante varios torneos tenía inconvenientes, siempre perdía en la última partida. http://argedrez.com/RankingLatino.aspx
–¿El error del adversario se puede buscar o siempre se busca la jugada perfecta?
–No existe la jugada perfecta sino la indicada para una posición, donde se analizan todos los factores: los apuros de tiempo, la situación de tu rival en el torneo, si se lo ve cansado, quién es más joven, qué resultado necesita cada uno. Todo eso crea una relación psicológica entre los jugadores. Si tú le has ganado muchas veces a un jugador, por supuesto que juegas de otra forma.
–¿Hay costumbres de los jugadores de elite que puedan asombrarnos a los aficionados?
–La gente piensa que yo en casa tengo un tablero diferente al de un simple aficionado (ríe). Pero no: ofrecemos tablas y abandonamos de la misma forma que el resto del mundo. Tampoco existen más los análisis extensos posteriores a las partidas. Se han ido reduciendo porque todos sabemos que el ordenador en un minuto lo ve todo.
–Es GM desde los 17 años. ¿Cuándo se dio cuenta de que podía ser campeón del mundo?
–Al principio estaba tan enamorado del juego que no pensaba en ganar. Empecé de niño y cuando mi padre volvía del trabajo, yo le pedía jugar; salía un libro de ajedrez en la librería y yo iba corriendo a buscarlo. Cuando gané el campeonato sub 14 supe que era el mejor de los de mi edad y que tenía opciones. Pero no lo pensaba así, fui a jugar campeonatos abiertos en España con la intención de pasarla bien, ganar puntos de ELO y ganar dinero. Veía a Kasparov endiosado en un limbo, incluso a los 19 años cuando ya jugaba los torneos de elite. A los 25 empecé a tomarlo en serio y a hacer planes de llegar al título mundial, pero durante cuatro o cinco años tuve intentos fallidos.
–¿Cómo explica la actual supremacía de Carlsen?
–Yo lo considero un campeón del mundo bastante sólido. No es una racha. Tiene debilidades, como todo el mundo, pero muchas menos que los que estamos cerca. No creo que su supremacía se compare a la que estableció en su momento Kasparov, pero la suya tiene quizás más mérito, al destacarse en una época donde las máquinas nos igualan. Garry tenía un estilo muy espectacular, hacía muchas obras de arte. En las partidas de Carlsen hay mucha eficacia, un estilo diferente. Para mí el mejor fue Fischer. Mientras jugadores como Kasparov dieron todo, él dejó a los 29 años. Yo de alguna forma siento nostalgia por las partidas que él no jugó.
–¿Quién puede destronar a Carlsen?
–Creo que quien le vaya a ganar a un campeón como Carlsen será sin duda una persona más joven que él. Ahora mismo no sé quién será. Sé que hay muchos chicos. Sí me dejo impresionado Wei Yi, con quien empatamos en enero. Con piezas negras no me ofreció ninguna chance de desnivelar. Y me parece que no es casualidad que en China surjan jugadores de gran nivel. He estado varias veces allí y conocí su federación. Sé que tienen un sistema de trabajo muy duro y que son muy disciplinados.
–Pasaron casi 10 años del match con Kramnik. ¿Es un tema del pasado?
–Es un problema que debió ser muy fácil de resolver: había cámaras, todo estaba grabado. Pero sé que las grabaciones nunca van a salir y que siempre va a quedar así. Mi rival es el favorito de los políticos de ahora, pero creo que en 5 ó 10 años, cuando no pueda aspirar al título mundial, sus privilegios van a desaparecer. Estamos hablando de un jugador que ha recibido varios matchs y nunca ha pasado un ciclo completo. Siempre regalados, pues la federación rusa tiene mucho peso en la FIDE.
–En la próxima copa mundial, además de los jugadores clasificados jugará un invitado.
–No me sorprendería que fuera el mismo jugador en cuestión. Creo que en Rusia hay jugadores de mucho talento a los que se puede dar la posibilidad, pero no se hace. El deporte profesional no es perfecto.
–¿Es un peligro para el ajedrez actual el miedo a la trampa?
–En un campeonato sin premios importantes no hay protección contra las trampas, pues cuesta muchísimo dinero. De ahí viene el problema. En los torneos pequeños hay poco control y no hay ni cámaras ni nada. En cambio en la elite sí hay sistemas cada vez más sofisticados.
–La lucha de los ajedrecistas por su profesión y dignificación se suele dar desde lo individual. ¿Qué opina respecto de las asociaciones, gremios o entidades de ajedrecistas?
–Organizarnos parece una buena idea, pero hasta ahora todo lo que se ha intentado fracasó. Por algún motivo, los jugadores de ajedrez somos individualistas y cada uno va por su lado. Por el momento no veo ninguna organización de jugadores capaz de cambiar drásticamente el mundo del ajedrez, algo como podría ser la ATP en el tenis. Las organizaciones de jugadores no son lo suficientemente potentes para hacer que la FIDE cambie una ley que no guste. Creo que hay dos formas: una es boicotear y la otra es ir a juicio. Por lo que veo, es más fácil el boicot. Yo creo que lo que perjudica bastante a la FIDE es que toman, adjudican eventos sin concursos y eso perjudica a los jugadores. Se publica información falsa y creo que también han vendido los derechos de la organización del mundial a una empresa que no fue a concurso. Durante 20 años se ha dicho que el ajedrez va a ser deporte olímpico y no se ha avanzado. Todavía tenemos el problema de las tablas amañadas. Ningún Comité Olímpico Internacional (COI) va a aceptar un deporte con la posibilidad de que haya un resultado que se sabe de antemano. Cosas así se pueden cambiar y no hace falta mucho.